Cuando terminó aquel semi-papelón, Cambiaso nos dijo: “¿Vieron que es difícil? Por ello, han optado por proporcionarles una camiseta titular en la que destaca la modernidad del patrón. ”, preguntó. Entonces le hablé de mi hija Francisca, que había nacido en junio de 2001. Él me contó que era padre reciente; su hija mayor, Mia, había nacido el 6 de noviembre de 2002. Conversamos unas cuadras, le conté un poco sobre el barrio, sobre Chicago, sobre mi viejo Antonio-carnicero de toda la vida- y llegamos al club.