A menudo, los escrantonianos aparecían por el pub Poor Richard o por la pizzería Alfredo preguntando por lo que habían visto en televisión, solo para descubrir que estaban siendo utilizados como atrezzo. Allí me dedicó una canción que tiene que ver con el viaje y el camino que ninguno de los dos hemos dejado de recorrer en nuestra vida. No deja de sorprenderme la cercanía que podemos establecer entre desconocidos algunos seres humanos.