En ocasiones, el comprador es plenamente consciente de ello, y simplemente cruza los dedos para que el vecino no descubra que el cocodrilo del Lacoste es bizco. El Burgos Foot-ball Club comenzó jugando sus primeros partidos en el campo de Lilaila aunque es en 1923 cuando la Compañía de Ferrocarriles del Norte cede unos terrenos para emplazar un campo de fútbol, el campo de Laserna, más acorde con los grandes estadios que comenzaban a proliferar por toda España y con el auge del deporte del balón en la ciudad de Burgos.