Después de 12 años de ausencia de la mayor fiesta del futbol, Inglaterra disputó la Copa del Mundo de España 1982 y lo hizo utilizando un uniforme innovador para sus aficionados, quienes estaban acostumbrados a un diseño conservador. En los años 1980, algunos fabricantes como Hummel y Adidas comenzaron a desarrollar camisetas con diseños más complejos, puesto que las nuevas tecnologías llevaron a la introducción de nuevos elementos como impresiones con sombras o rayas finas.