Esto derivó en una disparidad de opiniones que van desde el entusiasmo por parte de algunos, hasta el rechazo profundo por parte de otros. Nada nuevo, lo raro sería que un producto con un fin fundamentalmente estético acabase recaudando las mismas opiniones por parte de todo el mundo, dado que son precisamente la estética y la ética las dos cuestiones que más disparidad de criterios generan en el ser humano.